La ópera del gas llega a Europa
Afganistán, una guerra imposible de ganar
La historia no ha dado un respiro al pueblo afgano. Desde 1839, Afganistán ha pasado de ser una monarquía feudal a una dictadura comunista; ha sufrido tres guerras anglo-afganas, una invasión soviética, una guerra civil, una dictadura teocrática talibán que convirtió al país en un refugio de Al Qaeda y una invasión occidental a través de la llamada ‘Operación Libertad Duradera’. En tres meses, los talibán fueron aparentemente derrotados sin esfuerzos por la coalición -que sufrió tan sólo 69 bajas- y sustituidos en el Ejecutivo por un de sobra conocido Hamid Karzai, que fue impuesto por EE.UU. Leer el artículo completo.
Nancy Pelosi, una compradora compulsiva
Fase mediática 1
A mitad del artículo me doy cuenta de que la nota es una paja mental de proporciones considerables -con momentos hasta de vergüenza vergonzante de la que nos hablaba Fernando Lázaro- pero que da para una pieza digna, con el rollo del gasto público de la Cámara baja y tal, muy de moda en estos tiempos de menopausia creativa que asolan los medios de comunicación de ahora.
Fase mediática 2
Pero esto es sólo al principio. Sigo leyendo porque me he levantado torcido esta mañana y no lo termino de ver claro. Los gastos de la Cámara que preside Pelosi y que ‘pululan’ por el hemiciclo revelan hasta 30.610 dólares en comida y 2.740 en agua embotellada. Y pienso, ¿qué le pasa al agua de grifo de la Cámara baja? Y a continuación me leo los comentarios en la Web del público estadounidense. Sabio. Muy sabio. Y que de esto sabe un rato. Y leo:
"Ese dinero es una miseria porque Pelosi tiene un montón de compromisos." Cierto.
"El vestuario de Palin fue financiado por el partido republicano." También cierto.
"Todos los congresistas y senadores tienen ese tipo de gastos." No estoy de acuerdo.
"Se han gastado más en Afganistán e Irak." Cierto, pero demagógico.
Y así hasta los que ven una orgía ‘neocon’ detrás de todo esto. Y después de este tira y afloja me convenzo a mi mismo. Realmente no es para tanto. No soy fan de Pelosi, lo reconozco, pero si lo piensas -me digo a mi mismo-, un ramo decente de flores te puede salir por ‘un pico’, y si tienes que mandar como un loco tres meses enteros.. . No. Definitivamente no es tanto dinero.
Fase mediática 3
Twitter me dice que Pelosi es una gastona, que las flores son sólo una parte de los 300 millones de dólares que se ha gastado en total la Cámara, de la que es ‘speaker’. Todo esto me lo explica por ‘tweets’ y mientras los leo me voy desprendiendo de mi fase mediática 2 para volver a entrar en la 1. Pelosi se merece una pieza. Y tiro de hemeroteca.
Pelosi, orgullosa descendiente de italianos y de la comida mediterránea, con un patrimonio estimado en 25 millones de dólares y que llegó a asegurar que “América fue descubierta por un italiano, lleva el nombre de un italiano y ha estado construida por millones de italo-americanos”, se ha convertido en la mujer más poderosa de Washington y, al margen de las innumerables entradas que aparecen acerca de su más que conocido afán por estirarse la cara -‘Wonkette’, un popular blog dedicado a la política, hasta realizó una encuesta para que los usuarios votasen sobre si su expresión facial "permanentemente sorprendida" se debía a la cirugía o vete a saber tú qué otro tipo de cosas-, lo cierto es que la demócrata tan sólo se limita a imponer orden con mano dura, articular la agenda del día a los parlamentarios acongojados y, bueno, comprar flores a destajo. Ni más ni menos.
Fase mediática 4
Y ahora ya no sé si Pelosi es buena o no. Si los de Politico se han vuelto locos. Si gastó mucho o si debería de limitarse a mandar misivas. O si en lugar de tantas flores debería de ahorrarse el dinero para otra operación. Pues eso. No tengo carácter. Carezco de opinión.
Barack Obama, 'Yes, Pecan'
La imagen más famosa del presidente de EE.UU. Barack Obama, convertida hace tiempo ya en un icono del cambio de signo en la Casa Blanca y de las esperanzas de nuevos aires en todo el mundo gracias a la mano de Shepard Frairey, ha sido reclamada por la agencia Associated Press, que ahora reivindica su parte. Pero no son los únicos que se disputan un pedazo de la imagen del demócrata.